La regidora del PRI secuestrada en San Miguel Teloloapan, Guerrero, María del Carmen Barrera Navarro, aseguró que la autodefensa de su municipio es un grupo armado por el alcalde del PRD, Juan Mendoza Acosta, y responde a intereses del grupo delincuencial La Familia Michoacana, que opera desde Arcelia.
Asimismo, dijo que teme ser asesinada por el líder de esa banda de narcotraficantes, Johnny Hurtado Olascoaga, a quien identificó como El Pescado, quien mantiene asolada la región de Tierra Caliente del estado de Guerrero y del Estado de México, y cuyos sicarios lideran el grupo armado "Movimiento por la paz".
Sin embargo, aseguró que llegará hasta las “últimas consecuencias” y que por ello presentó denuncias penales en la Fiscalía General del Estado (FGE) por robo y privación ilegal de la libertad, en la Procuraduría General de la República (PGR) por delincuencia organizada, así como ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos contra unos 50 funcionarios y empleados municipales que la detuvieron y torturaron mientras estuvo retenida en la comandancia por miembros de esa agrupación vinculada a La Familia Michoacana.
La regidora, acusada por el supuesto grupo de autodefensas de tener una lista de 32 vecinos que serían secuestrados por la banda de Raybel Jacobo de Almonte, El Tequilero, aseguró en conferencia de prensa que fue detenida con sus hijos de 9 y 10 años, a punta de pistola, cuando regresaba de una peregrinación, entre el ayuntamiento y su casa.
Dijo que frente a muchas personas, incluido un reportero de la región que está identificado como el operador de medios de los cárteles La Familia Michoacana y los Caballeros Templarios, jalonearon su bolso y tomaron sólo su teléfono celular.
Aclaró que no supo de la lista con nombres manuscritos en papel, que sus agresores mostraron a la prensa, hasta que llegó a la FGE y afirmó que ésa no es su letra.
Lamentó que los militares, los policías estatales y federales que llegaron a la cabecera municipal durante la irrupción del grupo armado nada hicieron para rescatar a los pobladores secuestrados por los encapuchados.
Sobre su presunta relación con Jacobo de Almonte aclaró que sí lo conoce, como toda la gente de la cabecera municipal, porque hace diez u ocho años llegaba a las fiestas del poblado.
Según las versiones difundidas en internet sobre las bandas confrontadas en la zona Norte y Tierra Caliente, en 2010 Jacobo de Almonte se separó de La Familia Michoacana para formar su propia célula delictiva, y desde entonces está confrontado con Johnny Hurtado Olascoaga, conocido como El Pez, por quien la PGR ofreció en marzo una recompensa de hasta 3 millones de pesos por datos que permitan su captura.
El lunes, el fiscal Xavier Olea Pélaez informó que la regidora de Abasto y Comercio del PRI fue puesta en libertad porque goza de fuero constitucional y no tiene antecedentes penales.
Revancha política
También acusó al alcalde perredista de la desaparición de su hijo de 15 años, Francisco Beltrán Barrera, el 2 de diciembre de 2015, cuando se encontraban en la campaña electoral. Aseguró que seis días después, una fuente le aseguró que fue el propio Mendoza Acosta quien se lo llevó.
Expresó que en el periodo de su retención por la autodefensa entre la “tortura y amenazas” le dijeron que su hijo desaparecido fue “descuartizado” y que el alcalde se lo llevó para que ella “le bajara de huevos, pero no entendió”.
Consideró que la saña en su contra se debe a que desde los 15 años, ahora cuenta con 40, fue militante del PRD y en la elección pasada se cambió y apoyó con 70 mil pesos la campaña del PRI, que perdió la elección municipal.
Aseguró que reconoció entre los autodefensas al hijo de la anterior síndica Aurora Edgar Rentería Mendoza, Arturo Mendoza, que llegó tapado de la cara, así como al regidor del PRI, Paulino de Almonte, armado.
Aclaró que no tuvo miedo durante la retención, pero le causó rabia la agresión a dos hijos menores, y que en la noche, a la comandancia –una casa que renta el ayuntamiento– llegaron personas desconocidas de Arcelia, que se reconocían como parte de La Familia Michoacana, con armas de grueso calibre, y luego se dio cuenta que un cuarto estaba repleto de armas largas.
Solicitó una audiencia con el gobernador Héctor Astudillo Flores, a quien pidió que revise la situación en San Miguel Totolapan, porque las autodefensas no son del pueblo, sino de un grupo de narcotraficantes.
Señaló que las autodefensas no se cubren el rostro ni usan armas de uso exclusivo del Ejército, y como ejemplo señaló la comunidad de Lindavista, donde los vecinos se organizaron por la seguridad desde noviembre de 2014.
Explicó que se gana la vida vendiendo fruta con chile y comida en un triciclo, que vive de manera modesta y trabaja muy duro con su familia.
En la conferencia, la regidora llevaba la misma ropa que el día en que fue trasladada por la FGE en helicóptero a Chilpancingo, y aseguró que va a limpiar su nombre para poder volver a su municipio.
Asimismo, dijo que teme ser asesinada por el líder de esa banda de narcotraficantes, Johnny Hurtado Olascoaga, a quien identificó como El Pescado, quien mantiene asolada la región de Tierra Caliente del estado de Guerrero y del Estado de México, y cuyos sicarios lideran el grupo armado "Movimiento por la paz".
Sin embargo, aseguró que llegará hasta las “últimas consecuencias” y que por ello presentó denuncias penales en la Fiscalía General del Estado (FGE) por robo y privación ilegal de la libertad, en la Procuraduría General de la República (PGR) por delincuencia organizada, así como ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos contra unos 50 funcionarios y empleados municipales que la detuvieron y torturaron mientras estuvo retenida en la comandancia por miembros de esa agrupación vinculada a La Familia Michoacana.
La regidora, acusada por el supuesto grupo de autodefensas de tener una lista de 32 vecinos que serían secuestrados por la banda de Raybel Jacobo de Almonte, El Tequilero, aseguró en conferencia de prensa que fue detenida con sus hijos de 9 y 10 años, a punta de pistola, cuando regresaba de una peregrinación, entre el ayuntamiento y su casa.
Dijo que frente a muchas personas, incluido un reportero de la región que está identificado como el operador de medios de los cárteles La Familia Michoacana y los Caballeros Templarios, jalonearon su bolso y tomaron sólo su teléfono celular.
Aclaró que no supo de la lista con nombres manuscritos en papel, que sus agresores mostraron a la prensa, hasta que llegó a la FGE y afirmó que ésa no es su letra.
Lamentó que los militares, los policías estatales y federales que llegaron a la cabecera municipal durante la irrupción del grupo armado nada hicieron para rescatar a los pobladores secuestrados por los encapuchados.
Sobre su presunta relación con Jacobo de Almonte aclaró que sí lo conoce, como toda la gente de la cabecera municipal, porque hace diez u ocho años llegaba a las fiestas del poblado.
Según las versiones difundidas en internet sobre las bandas confrontadas en la zona Norte y Tierra Caliente, en 2010 Jacobo de Almonte se separó de La Familia Michoacana para formar su propia célula delictiva, y desde entonces está confrontado con Johnny Hurtado Olascoaga, conocido como El Pez, por quien la PGR ofreció en marzo una recompensa de hasta 3 millones de pesos por datos que permitan su captura.
El lunes, el fiscal Xavier Olea Pélaez informó que la regidora de Abasto y Comercio del PRI fue puesta en libertad porque goza de fuero constitucional y no tiene antecedentes penales.
Revancha política
También acusó al alcalde perredista de la desaparición de su hijo de 15 años, Francisco Beltrán Barrera, el 2 de diciembre de 2015, cuando se encontraban en la campaña electoral. Aseguró que seis días después, una fuente le aseguró que fue el propio Mendoza Acosta quien se lo llevó.
Expresó que en el periodo de su retención por la autodefensa entre la “tortura y amenazas” le dijeron que su hijo desaparecido fue “descuartizado” y que el alcalde se lo llevó para que ella “le bajara de huevos, pero no entendió”.
Consideró que la saña en su contra se debe a que desde los 15 años, ahora cuenta con 40, fue militante del PRD y en la elección pasada se cambió y apoyó con 70 mil pesos la campaña del PRI, que perdió la elección municipal.
Aseguró que reconoció entre los autodefensas al hijo de la anterior síndica Aurora Edgar Rentería Mendoza, Arturo Mendoza, que llegó tapado de la cara, así como al regidor del PRI, Paulino de Almonte, armado.
Aclaró que no tuvo miedo durante la retención, pero le causó rabia la agresión a dos hijos menores, y que en la noche, a la comandancia –una casa que renta el ayuntamiento– llegaron personas desconocidas de Arcelia, que se reconocían como parte de La Familia Michoacana, con armas de grueso calibre, y luego se dio cuenta que un cuarto estaba repleto de armas largas.
Solicitó una audiencia con el gobernador Héctor Astudillo Flores, a quien pidió que revise la situación en San Miguel Totolapan, porque las autodefensas no son del pueblo, sino de un grupo de narcotraficantes.
Señaló que las autodefensas no se cubren el rostro ni usan armas de uso exclusivo del Ejército, y como ejemplo señaló la comunidad de Lindavista, donde los vecinos se organizaron por la seguridad desde noviembre de 2014.
Explicó que se gana la vida vendiendo fruta con chile y comida en un triciclo, que vive de manera modesta y trabaja muy duro con su familia.
En la conferencia, la regidora llevaba la misma ropa que el día en que fue trasladada por la FGE en helicóptero a Chilpancingo, y aseguró que va a limpiar su nombre para poder volver a su municipio.
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